domingo, 9 de agosto de 2009

Terraza El Muelle, te acuerdas?

Todos la recordamos como un perfecto lugar para el ocio nocturno de verano, un entorno inigualable, buen ambiente, mejor clima, rodeada por el mar... La mayoría de nosotros hemos pasado alguna noche en esta terraza de verano, cuando aún en Santa Cruz, la Gerencia de Urbanismo no había impuesto el veto al ocio nocturno.

Quizás nosotros, cuidadanos de a pie, no estamos capacitados para entender las decisiones que toman nuestros políticos, que están dotados todos ellos con un sexto, séptimo y en algunos casos hasta octavo sentido para decidir que es lo mejor para el ciudadano y obrar en consecuencia. Seguramente, aunque nosotros no lo entendamos, lo mejor para Santa Cruz y para todos los usuarios de las terrazas de verano era prohibirlas, cerrarlas y no dar una licencia más para todo aquel que pretenda montar algo con nombre que empiece por "terraza" y acabe en "verano". Pero bueno, no voy yo a discutir las magníficas decisiones de la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Santa Cruz, son ellos quienes defienden nuestro entorno y hacen que vivir en Santa Cruz sea cada día más y más agradable.

Pero claro, no se supone que las decisiones que toma la Gerencia de Urbanismo son por y para el bien del ciudadano? En este caso eso creo que no se cumple. El espacio donde se encontraba la terraza de verano, se ha convertido en un basurero, un vertedero, una chatarra. Cuando se instalaba la terraza, al menos el recinto se mantenía en condiciones, pero ahora, quien lo cuida? Como podemos ver en las imágenes, a día de hoy, la antigua terraza está totalmente destrozada, los baños se han tenido que tapiar, las barandillas del muelle han sido literalmente arrancadas, se han arrancado hasta las piedras de los muros de cantería.

Viendo esto, me surgen muchas preguntas. ¿Tanto daño hacen las terrazas de verano? ¿Que es peor, una terraza de verano que da vida a Santa Cruz, alternativas de ocio, trabajo... o tener un basurero a 200 metros del auditorio que visitan todos los turistas que vienen a la isla? ¿Quién toma estas magníficas decisiones y en que piensa cuando lo hace? ¿Quien es el responsable de cuidar este espacio y quien va a pagar el arreglo si es que se llega a arreglar? ¿Por qué ya que se prohiben las terrazas de verano no se acondiciona este espacio para el baño, se hace una zona de solarium para el disfrute del ciudadano, se limpia y se mantiene?
Supongo que demasiadas preguntas para un grupo de políticos con muy pocas respuestas, y lo más grave, sin ideas.

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